El 24 de marzo es un día de profunda importancia en la historia de Argentina. Fue en esta fecha, en 1976, que se inició un oscuro capítulo con el golpe de Estado que derrocó a un gobierno democrático legítimamente elegido. La ley 25.633, promulgada el 2 de agosto de 2002, estableció el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia para conmemorar a las víctimas de aquel golpe y el período de dictadura que le siguió.
Las consecuencias de aquel acontecimiento fueron devastadoras. La intervención militar llevó a la destitución de gobernantes, la disolución de instituciones y la anulación de derechos fundamentales como la libertad de prensa y expresión. El país quedó sumido en un clima de persecución, secuestros y desapariciones forzadas, dejando tras de sí un saldo de dolor y sufrimiento que perdura hasta nuestros días.
El Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar la memoria histórica, honrar a las víctimas y reafirmar nuestro compromiso con la justicia y los derechos humanos. Es un día para recordar, para no olvidar jamás, y para reafirmar el nunca más a cualquier forma de autoritarismo, violencia y vulneración de los derechos fundamentales.
Recordar esta fecha es un acto de justicia y un llamado a la construcción de una sociedad basada en el respeto, la inclusión y la defensa de la pluralidad de ideas. Es un recordatorio de que la memoria colectiva es fundamental para la construcción de un futuro en el que primen la verdad, la justicia y el respeto irrestricto por los derechos humanos.
Nunca Mas a un Estado autoritario que desconozca la
pluralidad de ideas y las instituciones democráticas.
Nunca Más a un Estado que desconozca los legítimos derechos
y garantías a todas las personas sin distinción alguna.
Nunca más a un Estado que desconozca las necesidades de su
pueblo.
