125 años de Jorge Luis Borges
Ficciones, El Aleph, El informe de Brodie, El libro de arena, Textos cautivos son algunos de los libros que marcaron una época en la historia de la literatura argentina y universal. En esta nota, recordamos y homenajeamos al gran escritor argentino —por quien también se considera cada 24 de agosto el «Día del Lector»— y repasamos algunas de sus lecturas y autores favoritos.
El 24 de agosto de 1899 nació uno de los escritores argentinos más notables de la literatura universal. Su vigencia en la vida intelectual y literaria continúa siempre presente. Jorge Luis Borges marcó profundamente —incluso en sus detractores— no solo la formación de tantos otros que eligieron el camino de la pluma, sino también de las distintas generaciones de lectores que llegaron a sus páginas para deslumbrarse con la creación de un mundo único y personal.

Cuentos, poemas, ensayos, clases, conferencias y ninguna novela. “Las ruinas circulares”, “Tlön Uqbar Orbis Tertius”, “Funes el memorioso”, “La biblioteca de Babel”, “El otro”, “El Aleph”, “El jardín de los senderos que se bifurcan” son algunos de los que construyeron a Borges como uno de los genios literarios en nuestro país y del exterior. No solo tuvo una gran incidencia en el pensamiento y escritura de autores argentinos, también de tantos otros del mundo. Entre ellos, inspiró a distintos pensadores como Michel Foucault, Umberto Eco, Susan Sontag, Orhan Pamuk, Salman Rushdie y, en China, se convirtió en el autor latinoamericano más leído.
Su biblioteca
Este 24 de agosto se cumplen 125 años del nacimiento de Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo quien, con humildad y audacia, escribió en uno de sus poemas: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”.
Pero, ¿cuáles son aquellas que le dieron tanto orgullo? ¿Qué tipo de libros había en su propia biblioteca? ¿Cuáles eran sus autores preferidos? ¿A quiénes releía?

“Su gran biblioteca fue la que heredó de su padre, que venía de su abuela inglesa. Allí conoció a muchos autores. En su biblioteca personal, además, no solo había ejemplares de literatura sino, sobre todo, de filosofía, religión, astrología, matemática y ciencias. Tenía una gran curiosidad”, había comentado la mujer del escritor, María Kodama, en una de sus últimas entrevistas para esta web de cultura. Especialista en literatura y quien acompañó al autor hasta el último día, agregó: “Borges tenía la Enciclopedia Británica completa; muchas traducciones de la Divina Comedia –recorría librerías para comprar y comparar traducciones–; sagas de la literatura islandesa y distintas obras orientales, sobre todo japonesas, como Los cuentos de Ise. Por supuesto, leía mucho a los clásicos”.
Los escritores predilectos de Borges
Traducida al inglés por William Morris, la saga islandesa Völsunga –una obra anónima escrita durante el siglo XIII– fue un regalo de su padre, cuando Borges apenas era un adolescente y ya un lector excepcional. La pasión por las letras islandesas –“el latín del norte” como decía el autor– lo acompañó desde entonces. Junto con Kodama, comenzó a estudiar aquella lengua no para hablarla, sino para traducirla. Y así publicó los libros Las kenningar; Literaturas germánicas medievales (en colaboración con María Esther Vázquez), y Gylfginning (en colaboración con María Kodama).

Sin bien se consideraba a sí mismo un contemporáneo de los griegos, también tenía cierta predilección por otros autores. Entre ellos: Virginia Woolf, William Faulkner, E. M. Forster, Kafka, André Breton, Ray Bradbury, Lovecraft, C. S. Lewis; y, de este lado de la región, Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares, José Bianco, Juan Rodolfo Wilkock, Ernesto Sábato, Julio Cortázar.
Aún así, Borges explicaba en una de innumerables conversaciones con la prensa: “En general lo contemporáneo no me interesa. Creo que habrá de parecerse bastante a mí. Después de todo, yo también soy contemporáneo. Tratándose de lo contemporáneo, estamos viviendo en el mismo mundo y no creo que podamos ser muy distintos. En cambio, si uno estudia literaturas de otras épocas puede encontrar novedades».

Un gran lector, un mejor relector
Hay quienes dicen que lector no es el que lee, sino el que relee. Borges volvía siempre a las páginas que más le despertaban admiración, entre ellas: la Divina Comedia, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha y los poemas homéricos.
A propósito, Kodama compartió en aquella oportunidad: “Borges releía mucho la obra de Cervantes. Era la única novela que le gustaba. Pero no era un lector del género. Decía que en las novelas, en cualquier instante, se poblaban de almohadoncitos, candelabros, comidas. Es decir, terminaban apareciendo cosas de relleno. Por eso tampoco las escribió. En cambio, con los poemas, cuentos o ensayos decía que tenía un mayor control, por su extensión, tensión y brevedad”.

Año a año, lo que sí se aleja de la brevedad es la cantidad de lectores de diferentes nacionalidades que leen y releen la obra borgeana, perpetuando la enorme huella cultural y literaria que este escritor argentino supo conseguir no solo en la historia de la literatura, sino también en lo más vivo y contemporáneo de ella. En honor y conmemoración al nacimiento de Jorge Luis Borges, se declaró en 2012 por la Ley Nacional 26.754, aprobado por unanimidad en ambas Cámaras del Congreso de la Nación, el «Día del Lector». Hoy, lo seguimos celebrando.
Fuentes: argentina.gob.ar / Revista Bepé / La Nación / Infobae / Bibliografía Martín Hadis.
