Fue en Salta y Tucumán.
Según datos del entonces Ministerio de Educación de la Nación (2019), más de 2.500 comunidades rurales no cuentan con escuela secundaria.
Las secundarias rurales medidas por tecnologías (SRTIC) brindan la posibilidad que continúen sus estudios, cursen su secundaria, sin tener que mudarse de su comunidad.
Las SRTIC están compuestas por una sede central ubicada en un centro urbano, a la que asisten todos los días los docentes de las distintas disciplinas, y por las sedes ubicadas en los parajes rurales, donde todos los días asisten los estudiantes.
Hoy hay más de 3.200 adolescentes cursando en esta modalidad y más de 1.400 chicas y chicos que egresaron.
Para potenciar los aprendizajes de más de 1.200 estudiantes de las SRTIC de Tucumán y Salta se distribuyeron 64 bibliotecas que incluyeron más de 3.100 libros, tanto de literatura como manuales de diferentes asignaturas.
Los libros permiten fortalecer la enseñanza de la escritura, lectura y oralidad, aprendizajes fundamentales de la escuela secundaria.
María Decima es estudiante de quinto año de la sede Ramada de Abajo de la SRTIC de Tucumán, que ahora tiene su propia biblioteca con libros seleccionados especialmente por sus docentes.
“Me puso muy contenta enterarme que llegaba una biblioteca, nos hacía mucha falta. Yo estoy por egresar, pero seguro que van a ayudar a los chicos que entren en el futuro”.
Eliana Decima, mamá de dos estudiantes de la escuela, dijo que “nos puso felices saber que venía una biblioteca. Yo vine a esta misma escuela, pero no estaba completa, era hasta noveno año y llegué hasta ahí. Me alegra que ahora ellos puedan terminar sus estudios, es muy importante y hermoso ver que tus chicos estudian y tengan sus sueños”.
“Agradecemos a UNICEF por este gran aporte para las SRTIC. Se recibieron los libros con mucha alegría porque ayuda a generar el gusto por leer”, afirmó Cecilia Argañaraz, referente del programa SRTIC del Ministerio de Educación de Tucumán.
Giselle Sosa, Profesora de Lengua y literatura de la SRTIC N°2, señaló que tener libros físicos, permite “que en cada Sede los chicos pueden hojear los libros, manipularlos, retomar la lectura, ver los paratextos e imaginar los contenidos. Fortalece enormemente la alfabetización porque enriquecen el vocabulario y pueden crear mundos a partir de la imaginación”.
